Colombia, 1927.

Se arrancó a escribir con tan solo cinco años y a los diez ya componía algunos versos de carácter humorístico. las historias que le contaba su abuelo fueron la unión entre la realidad y la fantasía que después plasmaría en sus novelas. Fue su profesor de literatura el que dio el último empujón a García Márquez para que dedicara su vida a escribir y al que agradeció el premio novel.

La novela «de dictador» El otoño del Patriarca(1975),fue su nuevo prodigio de perfección constructiva y narrativa -después de la maravillosa novela «Cien años de soledad» basado en un suceso real y alejado del realismo mágico.

«….y allí lo vimos a él, con el uniforme de lienzo sin insignias, las polainas, la espuela de oro en el talón izquierdo, más viejo que todos los hombres y todos los animales viejos de la tierra y del agua, y estaba tirado en el suelo, bocabajo, con el brazo derecho doblado bajo la cabeza para que le sirviera de almohada, como había dormido noche tras noche durante todas las noches de su larguísima vida de déspota solitario. «

El otoño del patriarca

Sin duda mi libro favorito de todos los publicados por este autor. No resulta un libro fácil pues podría decirse que es un poema largo de narrativa continuada en las formas, que no en el fondo, donde la historia no resulta lineal.

La historia del dictador que se opina eterno y cree lograrlo aniquilando, como buen dictador, a los que le cuestionan, que busca desesperadamente convertirse en un mito e ingenia los medios para ello creando un laberinto de situaciones inimaginables; en las que perderse y gozar de la genialidad del autor es parte indisoluble de la lectura.

«El general escudriña la penumbra de los ojos para adivinar lo que no le dicen.»

 La perpetuación del poder a costa de cometer constantes atrocidades es un tema que no nos resulta ajeno y traspasa todo tiempo y espacio a pesar de que la idea del personaje principal esté claramente vinculada a la de Franco y sus últimos años de vida y hallar el paralelismo sea realmente sencillo.

Al general le hacen reverencia por delante y le hacen pistola por detrás.

La parodia que Márquez hace del tirano lo humaniza a través de sus tribulaciones, y de su escaso sentido común, que le lleva a dar ordenes absurdas que son acatadas sin el mayor respeto y por casi por caridad. Estamos ante un dictador que reconoce cercana su propia muerte y contempla ante esta todas sus debilidades que trata de ocultar sin mucho resultado. El otoño del patriarca es un retrato de decrepitud, de senectud y de la decadencia del poder totalitario que se torna en cada línea más calamitoso e inmundo.  Es una enorme estampa donde los sentidos se avivan en cada párrafo con imágenes pútridas, vergüenzas, tormentos o transgresiones y, aun así, podemos despertar al tiempo sentimientos de lástima ante la desventura que pueda sufrir el protagonista.  

«Al más bragado se le hiela el culo al saber que de un momento a otro le va a tronar la muerte.»

Tiene una estructura dificultosa para los que esperen encontrar guiones de diálogo, puntos que terminen una frase o simplemente párrafos. La riqueza del lenguaje es tan majestuosa que las palabras se enlazan para formar frases infinitas. Pero no por ello deja de ser una gran lectura que te absorbe e introduce en el escenario que narra. El relato abundante en metáforas es realmente rico y cautivador. Exige cierta concentración, no en vano es el libro que más costó escribir al autor. Puedes viajar en el tiempo del relato en una misma línea y volver a tras o avanzar años, o encontrarte la narrativa en primera o tercera persona como si se turnaran para relatar sin previo aviso, con una manera de escribir que resulta fascinante, casi única.

«El poder cree que puede ordenar que quiten la lluvia de donde estorbaba y la pongan en tierra de sequía.»

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